Cerraremos la semana hablando de uno de los grandes que afortunadamente sigue produciendo diseño, Oscar Hagerman. Nacido en A Coruña, España y licenciado en Arquitectura por parte de la UNAM, Hagerman además de las casas se enfocó a diseñar mobiliario para el hogar desde mucho antes que la disciplina del diseño industrial se gestara formalmente en México.
Su obra como arquitecto se enfoca en casas y escuelas, algunas de ellas en zonas rurales, mezclando en los últimos años sus conocimientos autodidactas del diseño industrial con la arquitectura ha generando hábitáculos y casas enteras en base a modulación de elementos prefabricados. Hagerman fue el arroz prieto de su generación ya que en vez de preferir la suntuosa arquitectura siguió el camino del diseño industrial, lo que el llaman "la más pequeña de las arquitecturas".
Una de sus grandes obras fue una silla que hemos de mencionar regalo completamente el diseño a los artesanos que la producían, no cobró ni un cinco; la silla, hecha de madera y el tejido por reos de las penales, invadió las casas del país a lo largo y a lo ancho; silla que apesar de su pequeñez fue del gusto de cierto príncipe europeo por la cual lo premió, pero que más grande premio para Hagerman que el saber que sus diseños han sido democráticos y se viven día a día desde hace más de 50 años. Sin duda Oscar es el pilar diseño social en México.
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