lunes, 1 de noviembre de 2010

obscurésemelo.


Inglés y sin estudios aparentes Tom Dixon es un milagro en el mundo del diseño, pero más que un miagro es un diseñador con un buen ojo y que nació para ello. Ultimamente lo hemos visto en una versión más cosmopolita y fashion foward (el negro es su nuevo aliado), pero claro Tom nunca deja de lado su tan querido acabado de metal pulido y su afición por las lámparas, aunque tuvo unos deslices con el vidrio en algún momento de su carrera.

Nacido en 1959 en Sfax en el continene Africano para después ir a Londres a la edad de 4 años. Su carrera empieza de manera empírica e intuitiva en sus años veintes diseñado muebles, primero la S-bend chair gracias a sus conocimientos sobre soldadura y manejo de metales. Su fama comenzó cuando las grandes firmas descubrieron su talento y comenzaron a encargarle diseños especiales como lo hizo Capellini. Uno de sus trabajos más interesantes puede ser la Pylon Chair (1992) que imita los pilones de alta tensión.



Sus diseños visten también los espacios públicos de Londres. Una de sus más famosas lámparas es la Mirror Ball de donde nació su característico toque de metal pulido, nunca se pensó que el cobre pulido tuviera tanta onda hasta que tocó las manos de Tom. Su trabajo también ha sido parte de muchas revistas y museos a lo largo y ancho del mundo, sus últimos trabajos nos dejan claro que Dixon es un gran maestro de lo simple, lo moderno y lo chic.



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